Vamos avanzando y pensando cómo nos gustaría que fuera nuestro escenario del Aula del Futuro, para ello contamos con la plantilla que se nos proporciona en recursos y que nos facilita la labor. También se nos proporciona el esquema que tiene la FCL de Bruselas y que, como y comenté con anterioridad, pude visitar hace algunos meses. Sin embargo, al crear un escenario pensando en las necesidades de mi centro, en sus fortalezas y debilidades, he comprendido que verdaderamente cada escenario debe ser único, ya que para que cumpla su función debe personalizarse. Expongo a continuación mi propuesta.
Como puede verse uno de las pretensiones es el uso responsable de las TIC por parte de docentes y de estudiantes, a la vez que un manejo competente. He querido mencionar la evaluación mediante las nuevas tecnologías y la autoevaluación, pues este es uno de los puntos que aún se nos resiste más y sobre el que deberíamos de reflexionar.
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Ha llegado el momento de autoevaluarnos, para ello emplearemos la herramienta denominada TET-SAT. Se trata de un cuestionario en línea, creado por MENTEP ((Mentoring Technology-Enhanced Pedagogy) y que nos permitirá evaluar 4 dimensiones de la competencia digital concretadas en 15 subáreas. Una vez realizada nuestra autoevaluación, analizaremos los resultados para ver si encontramos alguna coincidencia con los que obtuvimos en el Modelo de Aula del Futuro, llevado a cabo en la anterior actividad. Antes de comenzar quisiera comentar que, aunque en un principio al realizar el test en algún momento se me hizo largo, ha merecido la pena, pues me ha hecho reflexionar sobre aspectos en los que casi no había pensado, como es el caso del impacto de las TIC en el medioambiente. Según mis respuestas tengo una puntuación del 79%, lo que me sitúa en el nivel 4 de competencia digital y que me posicionaría en un nivel competente. Según el test esta puntuación indicaría que se utilizan la TIC de forma satisfactoria y que estas contribuirían a “mejorar la práctica docente diaria, el proceso de enseñanza-aprendizaje y los resultados de sus alumnos”. Además, nos dan algunas ideas para mejorar. Revisaremos a continuación las 4 áreas analizadas. Pedagogía digital En este área la puntuación obtenida es de un 84%, que es un resultado muy satisfactorio para mí, aunque no deja de mostrarme que la mayoría de mis carencias no se sitúan ni en la planificación en la práctica de la enseñanza con la tecnología, ni siquiera en el diseño de actividades con TIC, sino que se sitúan en la evaluación usando la tecnología. Mirando detenidamente el gráfico, vemos que a nivel nacional, nos situamos por debajo de a media europea, resultado que esperemos que mejore en los próximos años. Si echamos vistazo a los resultados obtenidos el Modelo del Aula del Futuro, realizado en la actividad anterior, podemos observar que coincido en los resultados, pues a pesar de emplear las TIC a veces para evaluar, su uso en este punto es casi anecdótico y se podría decir que poco significativo.
Colaboración y comunicación digital ¡Un estupendo 95% para este apartado! La suma de aspectos como el uso pedagógico de las redes sociales, compartir información y recursos con nuestros alumnos utilizando las TIC, la colaboración a través de las nuevas tecnologías y la participación en línea en comunidades educativas como etwinning nos dan esta buena puntuación y nos sitúan por encima de la media.
Por si alguien quiere profundizar más, aquí os dejo enlazado el resultado obtenido en el TET-SAT y mis respuestas.
También quisiera comentar que este test es muy subjetivo, pues hablar de un centro en general como docente es complicado, ya que en él habitualmente coexisten dos tipos de profesores: los que son más reticentes a introducir en el aula nuevas metodologías y los que siempre se muestran receptivos al cambio, intentando innovar e introducir nuevas tendencias en el aula. Yo por mi parte considero que pertenezco a este segundo grupo, pues, en mi opinión, las TICs pueden convertirse en un gran aliado para nuestro trabajo. A continuación analizaremos las cinco dimensiones que hemos evaluado en el test. Alumnos: el nivel que se nos ha otorgado es el 2, lo que significa que los alumnos deberían mostrarse más independientes a la hora de mostrar su pensamiento crítico, sus habilidades, además de mostrarse más colaborativos en línea. Si atendemos a las respuestas del test y al nivel que hemos obtenido nos encontraríamos por debajo de la media, pero, tal y como he mencionado antes, no sería un resultado objetivo, puesto que desde el centro se impulsa el uso de las nuevas tecnologías, aunque a veces la heterogeneidad del alumnado no nos permita ponerlo en marcha de momento. Los objetivos citados a alcanzar y que deben mejorarse, se dan en la mayoría de alumnos del centro que bien han realizado un proyecto eTwinning o bien han trabajado en ABP. El paso de alumno consumidor a creador se da cuando deben realizar tareas colaborando en línea y en las que pueden tomar sus propias decisiones previo consenso con su grupo. Hay , sin embargo, una parte del alumnado que aún no se ha iniciado en este tipo de aprendizaje, así que en este aspecto esperamos que en los próximos años podamos ir acercándola al resto de alumnos. Docentes: se nos sitúa en el nivel 3 del Aula del Futuro. Nos situamos a la mitad del camino y siempre con optimismo, pues con respecto a algunos años se ha mejorado mucho, se han puesto en marcha numerosas propuestas (ej. ABP, programas de creación de recursos digitales para profesores y alumnos, etc) inversiones por parte de la Directiva del centro en mejora de la wifi y de dispositivos, etc. Además, algunos docentes emplean classroom, drive y formularios de google, lo cual es un avance, pero también nos separa un poco de nuestro objetivo. Para mejorar nuestro nivel se propone desarrollar la competencia digital de los docentes, aunque vuelvo a insistir en la idea de que este punto es relativo. Posiblemente lo que más cuesta es dejar de ser expertos para convertirnos en diseñadores de actividades que den más libertad a los alumnos. Bajo mi punto de vista falta un poco más de cohesión entre los departamentos y quizá también haya un poco de miedo por parte de algunos compañeros a embarcarse en aventuras como algún proyecto como etwinning. Estoy segura de que en cuanto lo prueben sucumbirán. Evaluación: Estamos en el nivel 3, que no está nada mal, pero para poder mejorar el nivel tenemos que ampliar la gama de enfoques de la evaluación. Es cierto, que muchos compañeros realizan piden a los alumnos que se autoevaluen, pero por norma general, sigue siendo algo poco usual. Pedir una autoevaluación o, incluso, una evaluación entre pares, puede significar un voto de confianza para nuestros alumnos. Además, de vez en cuando también deberíamos incluir la evaluación de habilidades interdisciplinares y abrirnos a más posibilidades como la resolución colaborativa de problemas, de este modo no solo veríamos el grado de madurez con el que nuestros alumnos se enfrentan a conflictos y toma de soluciones y cómo los resuelven. Por lo que se ve aún tenemos mucho que trabajar en este tema, pues, bajo mi punto de vista, es en lo que a los docentes nos cuesta más cambiar. La capacidad de innovar del centro educativo: Estamos de enhorabuena, pues alcanzar el nivel 5 no es desdeñable y nos sitúa en una estupendísima posición. Aunque hayamos obtenido esta puntuación, tenemos que seguir trabajando para mejorar día a día, para ello se intentará involucrar y formar más al profesorado más reticente animándoles a realizar prácticas con nuevas herramientas, de hecho ya tengo en marcha un Classroom ideado para tal propósito. Trabajo un centro muy involucrado en el uso de las TICs en el aula, se impulsan proyectos eTwinning y este año, puesto que somos centro eTwinning vamos a participar más de un docente en el mismo proyecto, de manera que los que aún no han participado puedan experimentar y ver de primera mano y a lo largo de todo un curso escolar cómo funciona y qué resultados dan entre los alumnos. Recursos: También en esta dimensión obtenemos un estupendo 5. Los últimos años se ha experimentado una increíble mejora en el uso de las TICs en el aula, y se fomenta su uso a través de cursos de formación de profesorado y comisiones que impulsan su uso, además de, como se ha mencionado antes, proyectos comunes de aula e interdepartamentales. Además la wifi se ha mejorado y también los equipos, todos los alumnos de Bachillerato disponen de un Chromebook para realizar sus prácticas y actividades y el resto de alumnos pueden disponer de un portatil previa reserva. Quizá para hacerlo más efectivo convendría crear una comisión de innovación o del Aula del futuro, diseñada, como hemos mencionado en la actividad 1.1, para impulsar nuevas iniciativas en el aula y estar en contacto con docentes y con las familias. |
AutorSoy Inmaculada Medina, profesora de Latín y Griego del IES Josep Sureda i Blanes de Palma de Mallorca, viajera incondicional, amante de los idiomas, de mi profesión y de las nuevas tecnologías. Archivos
May 2022
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